El equilibrio de las cantidades de sal es un activo importante en la lucha contra los Trastornos Vestibulares.

La sal ha sido parte de la historia humana durante mucho tiempo. Estudios de paleontología demuestran, a través de evidencia, que la gente del Neolítico trabajaba hirviendo agua para extraer sal hace unos 6,050 a.C. En las culturas chinas, hace aproximadamente 4,000 años, se escribieron documentos relacionados con este mineral. Hablaban de 40 tipos de sal y también de métodos para extraerla y procesarla, algunos de estos métodos todavía existen y se utilizan hoy en día. Con el crecimiento de la población, la sal se convirtió en un artículo muy especial para el comercio entre culturas. En ese momento, la sal era considerada increíblemente valiosa, siendo comparada en valor con el oro, por lo que no es de extrañar que la sal también se utilizara como un regalo amistoso. Se utilizaba como método de conservación de alimentos, especialmente carne. Muchas carreteras se construyeron solo para el transporte del mineral. La sal también se utilizaba como método de pago, por eso se conocen como salarios. En ese momento, la sal estaba en el centro de todo, incluso la guerra.

Químicamente, la sal marina o de mina está formada por cloruro de sodio y pequeñas cantidades de otros elementos. Tenemos que recordar que la sal no es lo mismo que el sodio, que se encuentra naturalmente en todos los alimentos y el agua. Estos minerales naturales se refinan y purifican para convertirse en sal de mesa (40% sodio y 60% cloro). Durante este proceso, la sal también se yoda. Hoy en día, la sal no cuesta mucho y es muy abundante, pero su consumo no regulado puede llevar a un gran número de condiciones médicas.

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La importancia de la sal en nuestras dietas

La sal es un mineral necesario involucrado en el equilibrio de electrolitos y fluidos de los seres humanos, afectando músculos, nervios y finalmente, todo el cuerpo. Es posible consumir demasiada sal, así como muy poca. En relación con los pacientes con trastornos vestibulares, la disminución del sodio se recomienda como una modificación dietética bien conocida. El consumo de altos niveles de sodio puede alterar el equilibrio de fluidos de nuestro cuerpo al retener agua a través de la activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona (RAAS), lo que también aumenta los números de presión arterial. La alteración de los fluidos corporales en su composición y volumen también afecta la endolinfa, que es el líquido que fluye dentro de los canales semicirculares en el oído interno y tiene una relación directa con la audición y el equilibrio. El comportamiento anormal de este fluido es la base etiológica de trastornos vestibulares como la enfermedad de Meniere. Entonces, ¿cuál es la cantidad de sodio que los seres humanos necesitan para tener una salud celular y un equilibrio de fluidos adecuados?

La Asociación Americana del Corazón recomienda el consumo de 2,400mg (una cucharadita de medida) por día como el límite de ingesta de sodio para adultos sanos, y considera un consumo de 1,000 a 2,000mg por día como los límites de una dieta restringida en sodio. Esta asociación también dice que una ingesta mínima segura de 500mg (un cuarto de cucharadita) por día es suficiente para mantener un equilibrio de fluidos adecuado y todo lo relacionado con ello.

Debido a las altas cantidades de alimentos preprocesados y de restaurante consumidos por el estadounidense promedio, su ingesta de sodio puede llegar a aproximadamente 3,400mg por día, 1,000mg más de lo recomendado. Altas cantidades de sodio se pueden encontrar en carnes procesadas y/o curadas como jamón y tocino, salchichas, quesos, pan, pizza, snacks, hamburguesas, salsas, aderezos para ensaladas, sopas y vegetales enlatados, condimentos como salsa de soya, ketchup, mostazas, pepinillos y aceitunas, y refrescos. Aparte de los trastornos vestibulares, la alta ingesta de sodio está directamente relacionada con enfermedades cardiovasculares como la presión arterial alta, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, que fácilmente pueden llevar a condiciones crónicas o la muerte. Sabiendo todo esto, ¿qué puede hacer para reducir la ingesta de sal?

Selección de ingredientes de comidas

Es importante ser selectivo con los ingredientes y condimentos de las comidas y buscar sodio oculto. Incluya más frutas y verduras, granos sin procesar y carnes frescas, aves y pescado porque son naturalmente bajos en sodio. Para aquellos paladares salados, la comida puede inicialmente parecer muy insípida, así que intente introducir hierbas y especias para dar más sabor. Tenga en cuenta que las hierbas y especias empaquetadas comercialmente pueden contener potasio, lo que puede complicar ciertos trastornos relacionados con los riñones. En los restaurantes, intente seleccionar alimentos a la parrilla o asados, papas al horno y ensaladas aderezadas con aceite y vinagre, y manténgase alejado de los alimentos fritos y sopas o salsas. Pida los aderezos aparte y solicite que no le pongan sal al preparar las verduras. De postre, en lugar de pasteles, repostería y helados, pida fruta fresca. Cambie los refrescos por agua normal o infusione su agua con frutas frescas y jugosas.

Es esencial para las personas con un trastorno vestibular leer las etiquetas de los alimentos envasados. Deben evitarse los alimentos que listan la sal como uno de los tres primeros ingredientes en la etiqueta. Al leer las etiquetas, también debe evitar otras formas de sal como el MSG (glutamato monosódico), el bicarbonato de sodio, el polvo de hornear, el fosfato disódico o Na (el símbolo químico del sodio).

Adaptándose a su dieta

Sabemos que al principio esta dieta puede ser monótona y difícil, pero su paladar se adaptará lo suficientemente pronto y notará que la comida sabe incluso mejor que antes. Sea constante en su plan dietético e intente variar un poco las cosas. Descubra y cocine nuevas recetas saludables. Combine esta dieta con otras recomendaciones de estilo de vida saludable y controlará su trastorno vestibular muy pronto. Esa es la clave del éxito. Antes de hacer este tipo de dieta, consulte a su médico para establecer la cantidad de ingesta de sodio que es apropiada para su condición médica y necesidades personales.